PROGRAMAS
ACREDITADOS Y ESTRATEGIAS DE TITULACIÓN
M. R.
Vargas Leyva[1]
M. E.
Jiménez Hernández[2]
RESUMEN
La acreditación de programas educativos en ingeniería tiene una larga
tradición que inicia con ABET en Estados Unidos y en México con CACEI. El
proceso de acreditación de programas requiere el cumplimiento de criterios mínimos que debe cumplir un
programa educativo y la evaluación del cumplimiento de los estándares y
criterios por pares. Entre los criterios relevantes están los asociados a la
eficiencia terminal. Este trabajo se centra en la eficiencia terminal y los
indicadores asociados, dando cuenta de las opciones a las que recurren quienes
se titulan en la generación de ingreso 2004, analizando cinco programas en
ingeniería; industrial, electromecánica, electrónica, sistemas computaciones e
ingeniería civil. Los resultados se comparan con los indicadores nacionales de COCOEES y los indicadores CACEI. Los datos muestran
deserción, rezago, bajo índice de egresados en los semestres considerados, y
variación por programa educativo en el número de alumnos que habiendo egresado
se titulan. Son múltiples los factores que afectan el comportamiento de las
trayectorias educativas, impactando la eficiencia terminal y los indicadores
asociados, lo que requiere una reflexión sobre acciones para el cumplimiento de
los criterios demandados en la
acreditación de los programas de ingeniería.
ANTECEDENTES
La acreditación de programas educativos es la certificación pública que
otorga una agencia acreditadora a programas de pregrado pertenecientes a
instituciones de educación superior, que cumplen determinados criterios y
parámetros de calidad fomentando la mejora continua de la enseñanza.
La práctica de acreditación de los programas educativos tiene una larga
tradición que inicia en 1932 con la creación del Engineer’s Council for
Professional Development (ECPD) en Estados Unidos, que en 1980 cambió su
nombre por el de Accreditation Board for Engineering and Technology (ABET).
La mayor parte de los sistemas de acreditación creados posteriormente en Europa,
Asia y América Latina se han basado en el modelo ABET. Sin embargo, en los
últimos años hay tendencias hacia la convergencia y estandarización de los
estudios de ingeniería que indica que los criterios de acreditación están
cambiando en muchos países hacia los resultados de los programas formativos,
alejándose de un enfoque exclusivamente centrado en el proceso, incluyendo
entre algunos de los resultados esperados el dominio escrito y hablado de
cuando menos un idioma extranjero, el conocimiento de otras culturas y el conocimiento
de temas y/o materias internacionales, como competitividad, libre mercado,
corporaciones multinacionales, mecanismos de protección al consumidor y
legislación ambiental.
El proceso de acreditación de programas involucra la definición de los criterios mínimos que debe
cumplir un programa educativo y la evaluación del cumplimiento de los
estándares y criterios por pares calificados. El Nuevo marco de
referencia del Consejo de Acreditación de la Enseñanza de la Ingeniería (CACEI)
2014, especifica, entre los criterios relevantes para la acreditación de un
programa educativo, los índices de
rendimiento escolar por cohorte generacional: eficiencia
terminal, rezago, reprobación, deserción, titulación y resultados de los
Exámenes Generales de Egreso de la Licenciatura (EGEL) del Centro Nacional de
Evaluación para la Educación Superior (CENEVAL) o estudios similares. La
información debe corresponder a los tres últimos ciclos escolares.
CACEI (2014:46), requiere el cumplimiento de estándares definidos
nacionalmente: reprobación no mayor a 30%; deserción menor a 20%, eficiencia
terminal mayor a 75%; resultados EGEL satisfactorio y sobresaliente mayor o
igual al 60% y titulación mayor o igual al 60% (COCOEES, 2012). Las medias
nacionales actuales de los estándares de rendimiento escolar son: reprobación
50%, deserción 20%, eficiencia terminal, 40%; resultados del EGEL, 40% y titulación
30%. (COCOEES, 2012: 47). CACEI puntualiza que "las
opciones de titulación debe ser lo suficientemente variadas y eficientes para
lograr que se titule el mayor número posible de egresados. Si el porcentaje
promedio de titulados con respecto a los egresados es bajo (menor del 30%),
debe haber programas específicos destinados a incrementar la titulación"
(CACEI, 2014: 49).
Hay una amplia investigación en relación a los índices de rendimiento escolar por cohorte generacional. La
conceptualización de la eficiencia terminal manifiesta diferentes connotaciones
y cada una responde a métodos diversos para su obtención como un indicador de
la calidad educativa. Cuellar y Bolívar (2006) plantean la
hipótesis de que las dificultades o diferencias que se encuentran en los usos y
formas de medir la eficiencia terminal en la educación superior, derivan de que
no es claro el estatuto teórico del término, que se ha asumido como un concepto
sustantivo, como un parámetro, como un indicador del desempeño del programa o
de la institución que lo implementa, o una medida del grado de éxito de la
política educativa al considerarse una manifestación de la eficiencia del
sistema educativo. La eficiencia terminal da cuenta del porcentaje o proporción
de los estudiantes que, habiendo ingresado a una institución (a sus programas),
terminaron su proceso formativo dentro de ella. Al ser un problema
multifactorial el rezago, la reprobación y la deserción escolar, afectan la
eficiencia terminal por la diversidad de factores que interactúan. El rezago o
retraso en las inscripciones a las asignaturas programadas en el plan de
estudios que se cursa, ha sido asociado al número de oportunidades para cursar
una misma materia, el número permitido de materias reprobadas, el número de
ocasiones en que puede presentarse un extraordinario y la falta de oferta de
cursos secuenciados.
Ezcurra (2005: 123) y ANUIES (2007: 20) han identificado como causas del
rezago la prolongación de los estudios más allá del periodo establecido
formalmente para cada carrera o programa, atribuibles a las deficiencias en la
formación preuniversitaria y la falta de conocimientos y habilidades previas
necesarias para la realización de los estudios superiores, con una tasa de eficiencia
terminal T de 37%. Echeverría (2004) identifica, entre otros factores personales
asociados al rezago, el género, el promedio de preparatoria y la situación
laboral.
Respecto a la deserción, relacionada con el rezago, presenta en la educación superior presencial en AL tasas del 50%,
considerando instituciones públicas y privadas, así como género. ANUIES
(2003) reporta índices de deserción del orden de 65% para la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), de 56.4% para la Universidad Autónoma
Metropolitana 27.8 % (para el Instituto Politécnico Nacional y 15.1% en el caso
de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Esta tendencia a bajos índices de eficiencia terminal ha sido una
constante en la educación superior mexicana y está asociada, entre otros
factores, con el promedio de calificaciones en preparatoria, el tipo de examen
de ingreso, así como con la dificultad de conciliar estudio y trabajo.
En cuanto la eficiencia terminal, las investigaciones han estado
orientadas a conocer su dimensión cuantitativa e incorporan aspectos como la
trayectoria y rendimiento escolares, tiempo en que se realizan los estudios, el
egreso y titulación. Estos dos últimos criterios son también variables en su
medición. En el Tecnológico Nacional de México se describe un egreso en el
periodo establecido y un egreso en tiempos permitidos. Otro momento puntual es
el de la titulación. Los datos difieren de
acuerdo a la fuente en un rango de 50% a 20% (ANUIES, 2007; Meza y Sánchez, 2006)
ya que no se cuenta con información suficientemente confiable de quienes egresa
y se titulan. Se ha señalado con frecuencia como una de las posibles causas de los
bajos índices de titulación el carácter burocrático de los mecanismos de
acreditación, tanto académicos como administrativos. En general, y para todos
los índices mencionados, la crítica común se centra en que son los resultados
cuantitativos de los ciclos educativos los que se toman en cuenta para evaluar
la calidad, sin que otros factores vinculados a ella sean considerados para un
análisis más amplio.
El objetivo general de la investigación es identificar el índice de
titulación en cuatro programas educativos en el Instituto Tecnológico de
Tijuana, que han sido acreditados por CACEI. Los objetivos específicos son
analizar las trayectorias educativas identificando índices rezago educativo y
egreso, que se asocian al momento de la titulación. La investigación se
justifica en el nuevo marco de referencia de CACEI 2014, que especifica, entre
los criterios relevantes para la acreditación de un programa educativo, los índices de rendimiento escolar por cohorte
generacional: eficiencia terminal, rezago, reprobación,
deserción, titulación y resultados del EGEL-CENEVAL o estudios similares.
METODOLOGÍA
Hay una variedad de criterios cuando se analiza la eficiencia terminal.
En el Instituto Tecnológico de Tijuana ha sido estudiada asociada a numerosas
variables, con base en la metodología de seguimiento de trayectorias propuesta
por Milena Covo (1979). En 1982 el estudio de la eficiencia terminal en la carrera
de ingeniería química indicó que la deserción
ascendió a 63% de la generación, antecedida siempre por un síndrome de
deserción (reprobación acumulada, exámenes especiales y en algunos casos bajas
temporales), y que trayectorias largas no se asociaban con mayor
aprovechamiento sino con un rezago educativo acumulado y una estrategia de
sobrevivencia para los alumnos (Vargas, 1983). En 2003, al realizar el análisis
de la eficiencia terminal en los programas educativos ingeniería industrial,
ingeniería en sistemas computacionales, ingeniería electromecánica e ingeniería
electrónica, se encontró que quienes se titulan recorren la trayectoria escolar
en 9.6 semestres, reprueban una materia o ninguna, retrasaron la titulación en
promedio 2.5 semestres y 57% fueron mujeres. En general, comparados con quienes
no se titulan, les tomo menos tiempo la trayectoria escolar, manifestaron menor
reprobación, llevaron cargas académicas con menor rango de variación por
semestre y no presentaron exámenes especiales. (Vargas, 2003).
En este caso se analizan los programas ingeniería industrial, ingeniería
en sistemas computacionales, ingeniería electromecánica, ingeniería civil e
ingeniería electrónica, todos ellos programas acreditados por CACEI, y
considerados como tendencias dominantes en la educación en ingeniería en México
(CACEI, 2014). Se analiza la trayectoria a partir del año de ingreso 2009,
considerando los indicadores de eficiencia terminal, rezago, deserción y
titulación. En total, se analizó el comportamiento en la trayectoria
generacional de 1153 estudiantes inscritos en el periodo septiembre-diciembre
2009. Las estimaciones de la eficiencia terminal se hacen con base en la
Subsecretaría Educación Superior (SES/SEP), que para el caso de carreras de
cuatro años o más, considera el número de egresados en un año dado, dividido
por el número de alumnos de nuevo ingreso seis años antes (SEP, 2006). En este
caso la cohorte es real, esto es, no incluye a alumnos pertenecientes a otras
generaciones, y la información procede de la base de datos de Control Escolar, triangulada
con información de la Oficina de Titulación. Para el caso de la relación Titulación/Egreso,
se obtienen considerando la proporción de egresados en 2014 que llega a
titularse cinco años después. La eficiencia terminal
en tiempo de egreso propuesto en el Tecnológico Nacional de México es de
8 semestres, la eficiencia terminal en tiempo reglamentario
es de 9 a 11 semestres y de 12 para el egreso extraordinario. El valor del indicador muestra la proporción de alumnos de
una cohorte o generación dada que aprueban el 100% de los créditos de un mismo
plan de estudios en el tiempo establecido. En este estudio se consideran
10 semestres para estimar el egreso, con base en estudios previos que muestran
que el mayor porcentaje de egreso se da en el rango de 1 a 11 semestres.
DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Las acciones que se han implementado para
mejorar la eficiencia terminal en el Instituto Tecnológico de Tijuana se han
centrado en acciones previas al ingreso, procurando mejorar el impacto de
antecedentes académicos previos. De los alumnos que solicitaron admisión en el
periodo 2004 fue aceptado el 64%. Del total de alumnos que solicitaron ingreso
en ese periodo, 12% aprobó el examen CENEVAL, y 56% requirió aprobar el curso
el curso pre cálculo para acceder al ingreso.
Los programas educativos analizados mostrados
en la Tabla 1, exceptuando ingeniería en electrónica, son aquellos que reportan
la mayor población escolar y fueron también los que aceptaron más del 50% de
quienes solicitaron ingreso en el periodo analizado. De quienes desertan, del
15% al 40%, dependiendo del programa educativo, lo hace en los primeros tres
semestres, en esa fase se inicia también el rezago escolar derivado de la
reprobación en cursos de cálculo integral y se acumula entre el cuarto y el
quinto semestre generando en los alumnos estrategias de sobrevivencia.
Tabla 1. Generación de ingreso 2009, Comportamiento de la cohorte
Alumnos |
Egresados |
Rezagados |
Desertores |
Total |
Ing. Industrial |
30.70% |
36.78% |
32.52% |
329 |
Ing. Civil |
40.99% |
29.28% |
29.73% |
222 |
Ing. Electromecánica |
28.28% |
40.57% |
31.15% |
244 |
Ing. Sist. Comp. |
37.40% |
31.71% |
30.89% |
246 |
Ing. Electrónica |
13.51% |
31.53% |
54.95% |
111 |
Los datos muestran un alto rezago en ingeniería industrial e ingeniería
electromecánica, con la mayor deserción en ingeniería electrónica y el mayor de
número de egresados en ingeniería civil e ingeniería en sistemas
computacionales. La eficiencia terminal en el egreso y la eficiencia terminal
en la titulación como se puede apreciar en la Tabla 2, presentan otra
problemática. Los programas con mayor porcentaje de egreso son también los que
presentan mayor porcentaje de titulados, y aquellos con menor egreso reportan
lis índices más bajos de titulación o nulos, para la generación 2009, cinco
años después de su ingreso.
Tabla 2. Generación de ingreso 2009, eficiencia terminal en el egreso y
la titulación
|
Ingeniería Industrial |
Ingeniería Civil |
Ingeniería Electromecánica |
Ingeniería Sistemas Computacionales |
Ingeniería Electrónica |
Nuevo ingreso 2009 |
329 |
222 |
244 |
246 |
111 |
Egreso Absoluto en 2014 |
101 |
91 |
69 |
92 |
15 |
Egreso/Ingreso |
30.70% |
40.99 |
28.27 |
37.39 |
13.51% |
Titulación /ingreso |
6.38% |
11.26 |
1.80 |
18.29 |
0 |
Titulación/ egreso |
3.80% |
27.47 |
5.79 |
48.91 |
0 |
Las opciones de titulación son diez: I Tesis
Profesional, II Libro de Texto o Prototipo Didáctico, III Proyecto de
Investigación, IV Diseño o Rediseño de Equipo, Aparato o Maquinaria, V Curso
Especial de Titulación, VI Examen Global por Áreas de Conocimiento, VII Memoria
de Experiencia Profesional, VIII Escolaridad por Promedio, IX Escolaridad por
Estudios de Posgrado y X Memoria de Residencia Profesional. Aquellas por las
que optaron los egresados de presentan en la Tabla 3.
Tabla 3. Generación de ingreso 2009, opciones de
titulación
Programa Educativo |
OPCIONES DE
TITULACIÓN |
Total |
|||||||||
I |
II |
III |
IV |
V |
VI |
VII |
VIII |
IX |
X |
||
Ing. Industrial |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
1 |
0 |
10 |
0 |
10 |
21 |
Ing. Electromecánica |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
4 |
0 |
0 |
4 |
Ing. Civil |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
22 |
0 |
3 |
25 |
Ing. S. Computacionales |
1 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
33 |
0 |
11 |
45 |
Ing. Electrónica |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
Total |
1 |
0 |
0 |
0 |
0 |
1 |
0 |
69 |
0 |
24 |
95 |
Mayoritariamente los egresados recurrieron a sólo dos
opciones de las diez posibles; curso de titulación (63.15%) y residencia
profesional (25.26%). Un dato relevante es que quienes culminaron titulándose,
lo hicieron mayoritariamente bajo la opción de escolaridad por promedio,
confirmando investigaciones previas en los mismos programas educativos de que quienes
se titulan recorren la trayectoria escolar en los tiempos establecidos,
reprueban una materia o ninguna y no presentaron exámenes especiales (Vargas,
2003).
En la Tabla 4 se comparan estos resultados con los
indicadores nacionales: únicamente ingeniería civil coincide en el número de
egresados, y sólo ingeniería en sistemas computacionales muestra un índice de
titulación superior al nacional. Respecto a los indicadores de CACEI, todos los
índices están por debajo de los establecidos.
Tabla 4. Generación de ingreso 2009, comparación de indicadores
nacionales, de CACEI e institucionales
índices |
Indicadores Nacionales
|
Indicadores CACEI |
Ingeniería Industrial |
Ingeniería Electro mecánica |
Ingeniería Electrónica |
Ingeniería. Sistemas.
Computac. |
Ingeniería Civil |
Deserción |
20% |
menos 20% |
32% |
31% |
55% |
31% |
30% |
Eficiencia Terminal |
40% |
Más 75% |
35% |
28% |
2% |
37% |
41% |
Titulación |
30% |
60% |
20.79% |
5.79% |
0% |
48.91% |
27.45% |
Las razones que
explican los índices reportados se asocian, entre otros factores, con los
criterios de ingreso, con el alto índice de reprobación en cálculo diferencial
en los primeros dos semestres, con la flexibilidad curricular que da lugar a
diferentes trayectorias educativas, así como con el porcentaje de alumnos que
trabajan y estudian, particularmente a partir del quinto semestre, así como con
la acreditación de un idioma extranjero. Por otra parte, hay una diferencia
entre el momento en que CACEI hace el corte generacional y el tiempo permitido
institucionalmente para el egreso, que en el caso de algunas universidades llega
a ser del doble del tiempo reglamentado para concluir un programa educativo en
tiempos puntuales.
CONCLUSIONES Y
RECOMENDACIONES
Entre los criterios que con frecuencia son citados en las acreditaciones
y reacreditaciones está mejorar los indicadores de eficiencia terminal, tanto
en el egreso como en la titulación. Un
programa educativo de buena calidad cuenta, entre otros rasgos, con altas tasas
eficiencia terminal, de titulación o graduación y una amplia aceptación por la
sólida formación de sus egresados, estos criterios se relacionan con la calidad de la enseñanza. Sin embargo, esa relación no es directa, sino que está
mediatizada por muchas otras variables. Los procesos de acceso, permanencia y conclusión
de los estudios en el nivel superior dan cuenta de un conjunto de complejos factores
interrelacionados que enfatiza las características individuales, desconociendo
los factores organizacionales y académicos que inciden en el rendimiento
académico y la deserción.
En el Instituto Tecnológico de Tijuana, las estrategias para disminuir
los índices de reprobación en las asignaturas en las que éstos índices reflejen
deficiencias en el aprendizaje se realizan en dos acciones: el curso pre
cálculo para alumnos que ingresan en el periodo escolar agosto-diciembre y el
curso competencia matemática para alumnos que ingresan en el periodo
enero-junio. El impacto de estos cursos es relativo, teniendo mayor peso los
antecedentes académicos en el nivel previo. Los índices de eficiencia terminal
en el egreso y la eficiencia terminal en la titulación se relacionan con otros
índices como el rezago y la deserción, a su vez afectados por el número de
estudiantes reprobados en cálculo integral. Aún con los esfuerzos
institucionales que buscan compensar las deficiencias en la formación académica
previa, son variados los factores asociados al comportamiento en las
trayectorias educativas, requiriendo una reflexión sobre acciones para el
cumplimiento de los criterios
demandados en la acreditación de los programas de ingeniería.
El lineamiento para la titulación Integral, planes de estudio 2009-2010 con
un enfoque por competencias profesionales (2012) señala que para titularse por
esta modalidad el alumno debe elaborar un proyecto acorde
a su perfil profesional mediante el informe técnico de residencia profesional,
proyecto de innovación tecnológica, proyecto de investigación, informe de
estancia, tesis, tesina, entre otros, o en su caso obtener un testimonio de desempeño
satisfactorio o sobresaliente en el EGEL del CENEVAL. Se espera que esta
modalidad, de reciente implementación, tenga un mayor impacto en los índices de
titulación.
En el nuevo marco de referencia CACEI 2014, se establecen con claridad
estándares y criterios definidos para la evaluación, señalando que la
acreditación requiere que el programa
cumpla la totalidad de los requisitos señalados en los indicadores esenciales o
mínimos y dos terceras partes de los indicadores complementarios. Del
total de programas de ingeniería en México,
5 468, sólo estaban acreditados en 2014 el 18.0%, lo que representa el
43% de la matrícula. Algunos de los criterios con mayor dificultad en su logro
son los asociados a la eficiencia terminal.
La consideración de índices de
rendimiento escolar por cohorte generacional (eficiencia terminal,
rezago, reprobación, deserción, titulación y resultados del EGEL-CENEVAL), que
se asocian a la calidad de un programa educativo, ha sido señalado por CACEI como
uno de los grandes retos de manera que "urge elevar la eficiencia terminal y
titulación en los programas y, por ende, sus resultados" (Barrera, 2014). La
acreditación propone a las academias de ingeniería la reflexión de que los
criterios de CACEI que se apoyan en la amplia discusión sobre la prospectiva de
la ingeniería y las demandas de la formación profesional en este campo, si bien
buscan promover la igualdad de oportunidades y resultados equitativos de
aprendizaje para todos los alumnos, así como una formación profesional competitiva
en el ámbito internacional, están en la agenda de los acuerdo sobre su
definición, medición y significado, así como la búsqueda de soluciones a un
problema común.
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DGEST. México.
[1] Profesora investigadora. Instituto Tecnológico de Tijuana. ruth.vargas@tectijuana.edu.mx.
[2] Jefa de la oficina de titulación. Instituto Tecnológico de Tijuana. martha.jimenez@tectijuana.edu.mx.