Dr. Jaime Arturo Castillo Elizondo, Presidente de la ANFEI.
Mtro. Ignacio López Valdovinos, Director del Instituto Tecnológico de Celaya y Vocal de la ANFEI.
Mtro. Manuel Quintero Quintero, Director General del Tecnológico Nacional de México.
Amigos de la Asociación Nacional de Facultades y Escuelas de Ingeniería, asistentes a esta Vigésima Reunión General de Directores, ingenieros, estudiantes de ingeniería, maestros, miembros de los sectores productivos mexicanos, representantes de los medios de comunicación, amigos todos:
Antes que nada agradezco la invitación de la ANFEI, la hospitalidad del Instituto Tecnológico de Celaya y en general de los habitantes de esta ciudad, famosa por sus delicias culinarias y por la famosa batalla que marcó la hora oscura de Villa, así como la gloria y encumbramiento de Obregón, el “Manco de Celaya”.
Me han pedido que diera una breve plática sobre la vinculación del sector educativo con los sectores que demandan ingenieros, dos de los cuales son sin duda el sector eléctrico y el sector de hidrocarburos; adicionalmente estas palabras servirán a manera de clausura de este importante evento.
Sin duda el tema de esta reunión de tres días en esta céntrica ciudad de México es muy significativo: Vinculación de las instituciones de educación superior con los sectores demandantes de ingenieros en México.
Por su naturaleza, por su condición de hombres y mujeres creativos que emplean su ingenio para analizar y resolver problemas diversos, es que los ingenieros, incluso desde antes de ser nombrados como tales, han sido parte fundamental del desarrollo de las naciones. Ya sea convirtiendo la ciencia pura en tecnología aplicada, ya sea encontrando respuestas y alternativas de solución técnicas y de precisión numérica, o bien partiendo del empirismo y las aproximaciones sucesivas, y dándoles un sentido metodológico, los ingenieros se han dado a la tarea de mejorar los sistemas de producción, de optimizar los procesos industriales, de recrear las mejores prácticas innovadoras en diversas tecnologías y adaptarlas, y hasta tropicalizarlas, para que nuestro país cierre cada vez más la brecha que nos separa de las naciones más desarrolladas.
Es evidente que el sector industrial es el que presenta una mayor demanda de ingenieros, aunque no sea raro encontrar ingenieros en muy diversas actividades, ya sea como financieros, administradores y o hasta como artistas, políticos y educadores. Y no por falta de perspectivas laborales, sino porque la ingeniería, y lo sé porque mi padre, mi suegro y muchos amigos son ingenieros, puede conducir a los ingenieros por senderos insospechados, gracias a que la ingeniería se alimenta de la ciencia, de las matemáticas, y de un profundo amor al entendimiento de cómo funcionan las cosas, de cómo operan los sistemas, de cómo la técnica adquiere sentido y trascendencia cuando se aplica a mejorar las condiciones de vida de las personas.
Aquí ya se han mencionado los diversos sectores que demandan, que exigen más y mejores ingenieros e ingenieras. Yo solo vengo a decir que en el sector eléctrico y en el de hidrocarburos, la Reforma Energética del Presidente Peña tiene como una condición sine qua non para su éxito el hecho de impulsar y mejorar la planta ingenieril de México. Y eso mismo sucede con la Reforma de Telecomunicaciones; por mencionar dos de ellas.
El Gobierno Federal está haciendo su parte en relación con la formación y creación de demanda de ingenieros en nuestro país, como respuesta a la necesidad del nuevo y bien formado capital humano que se requerirá para la transformación energética de México, a la transformación de la capacidad de hacer más eficientes los procesos físicos, químicos y financieros envueltos en la manufactura de productos, en la generación de servicios, con más calidad, más eficiencia y a un costo más accesible.
Acuerdos de cooperación entre SENER, SEP y CONACyT son parte de este esfuerzo de impulsar la educación de la ingeniería en México, y de crear nuevos cuadros humanos capaces de aprender y aplicar nuevas habilidades y competencias laborales a un sector cambiante, muy rápidamente cambiante, más ahora debido a la implementación decidida de la Reforma Energética.
Ya desde el año pasado señalé que ustedes, representantes de las escuelas y facultades de ingeniería del país, representadas por la ANFEI, están analizando los escenarios educativos que las Reformas plantean, y en consecuencia están sacando reflexiones y conclusiones que servirán para la toma de decisiones en la formación de profesionistas. Hace un año hablábamos de una Reforma Constitucional que había tomado forma a través de las llamadas Leyes secundarias y una serie de reglamentaciones, bases y lineamientos que constituyen un sólido marco jurídico. Y ahora también podemos hablar de su implementación, de un arranque operativo que nos ha permitido celebrar el nacimiento del Mercado Eléctrico Mayorista, y su puesta en marcha dentro de unas cuantas semanas.
En la parte que corresponde a ustedes, sabemos que muchas escuelas han modificado y mejorado sus prácticas de campo efectivas y prácticas de laboratorio aleccionadoras, actualizando y adaptando contenidos, pensando en las necesidades del país a la luz del conjunto de reformas que están implementándose. Sabemos que han comenzado a proponer y a incorporar a la currícula mejores herramientas didácticas, que verdaderamente ayuden a construir un aprendizaje significativo y de por vida en los futuros ingenieros. Se ha dicho que lo están haciendo desde la filosofía de aprender leyendo, de aprender analizando y resolviendo no solo ejercicios, sino casos, y de incorporar con más fuerza el concepto de aprender haciendo, que no es otra la forma en la que los estudiantes se convierten en ingenieros.
En el sector energético, el cambio tecnológico ha sido impresionante en los últimos lustros, por lo cual el aprendizaje de tecnologías específicas es mucho menos relevante que el desarrollo de competencias para obtener y manipular información, mucha de ella numérica. Hoy más que nunca, puedo agregar, y en especial en las ciencias ingenieriles, los idiomas, el manejo efectivo de las TICs, el desarrollo de habilidades administrativas y la adquisición de una actitud permanente para absorber y generar innovación, además de una sensibilidad hacia lo social y lo ambiental, son de gran trascendencia para el éxito laboral.
Lo anterior solo se logrará conjuntando el esfuerzo de maestros, de ingenieros, de científicos, de empresarios, etc., y por supuesto con la voluntad sumada de la Academia, de la sociedad, y de los propios mexicanos, sobre todo jóvenes, que se estarán formando de hoy hacia el futuro.
Se han mencionado muchas cifras de cuánta será la demanda de ingenieros y técnicos que se requerirán en el sector energético. Se ha hablado de 500 mil empleos para el 2018, de hasta cinco veces más para el 2025. Se dice que son menos, debido al recorte de los precios del petróleo y la crisis económica global. Lo más importante creo yo, no es el número, sino las cualificaciones que tengan en su haber los nuevos ingenieros, las competencias, los valores y las actitudes con las que inicien su desempeño. Nuestro país no necesita solamente técnicos, necesita que esos técnicos trabajen para hacer de nuestro país un lugar mejor para vivir, y que lo hagan con un concepto que para muchos suena anticuado y anacrónico, pero que sigue siendo verdadero: que trabajen con amor a su país.
Ahora bien, como todos ustedes saben incluso mejor que yo, dentro de la vinculación entre la universidad y la empresa, además de la formación de cuadros, es la intervención de la investigación universitaria encaminada a resolver problemas específicos de la planta productiva. A diferencia de otros países donde esta vinculación está perfectamente establecida y opera con grandes frutos para ambas partes, en nuestro país es endémico el problema de que las universidades no dedican su energía a resolver problemas de las empresas, y a que las empresas no piensan en las universidades para resolver sus problemas. Las primeras en la mayoría de los casos resuelven problemas escolares, y las segundas recurren a caras y muchas veces ineficientes asesorías de empresas consultoras.
Ha existido desde hace muchos años un esfuerzo de algunas universidades por acercarse a las empresas, y en muchos casos las mismas han resuelto satisfactoriamente sus problemas, con mayor velocidad, ingenio y a menor costo. Y por parte de las universidades y Tecnológicos, ha sido una forma, si bien no siempre consistente y metódica, de financiarse y mejorar sus condiciones estructurales.
Otro caso, común sobre todo en las universidades públicas, es que como producto de investigación pura y aplicada, surgen nuevos inventos que requieren de inversores dispuestos a arriesgar su capital en aras de un buen negocio. Buen negocio para todos, para la empresa y para la universidad. En la historia de nuestro país recuerdo dos casos exitosos en su momento de investigación universitaria trasladada al campo productivo: el de una aleación llamada Zinalco (es decir, de zinc, Aluminio y Cobre), y la de las pastillas anticonceptivas que usaban el barbasco como punto de partida. Hoy, en la robótica, en la industria espacial, en la industria química, y por supuesto, en la industria eléctrica y de hidrocarburos, hay un campo potencial muy importante para estrechar ese lazo que debiera ser natural entre la industria y la investigación universitaria.
En el convenio que mencioné anteriormente, entre SENER, CONACYY y SEP, está contemplado por supuesto el rubro de desarrollo de la investigación.
En este sentido, la Reforma energética también se ocupa del tema. Justo hace dos días, durante la presentación de la Primera subasta eléctrica, el Secretario Pedro Joaquín Coldwell mencionó que “durante el primer año de las subastas eléctricas, la SENER supervisará que el Mercado Eléctrico se apegue a las condiciones de competencia establecidas. Para este fin anunció que el Instituto Politécnico Nacional fue seleccionado como la institución que apoyará a la Secretaría, y eventualmente a la Comisión Reguladora de Energía, en el desempeño de estas funciones.
Si bien es más probable que sean economistas y no ingenieros quienes participen en este proceso, lo menciono como un ejemplo de cómo en el sector energético del gobierno estamos conscientes del valor de las contribuciones que nos pueden hacer las instituciones de educación superior, en todos los sentidos.
Un año es poco en la vida de un ser humano, pero en ese lapso suceden muchas cosas.
Hace un año, también un viernes, estaba en Quintana Roo platicando con Uds.
Hace un año, en este mismo foro dije que estaba “convencido de que con buenas leyes, buenas prácticas corporativas y buenos cuadros profesionales, crearemos un Mercado Eléctrico Mayorista que realmente baje las tarifas eléctricas y de manera efectiva contribuya al desarrollo de la planta productiva mexicana, con una proyección de desarrollo que se irá apuntalando a lo largo de las décadas venideras. Hoy que además de rostros familiares veo otros nuevos, les puedo dar la actualización a dichas palabras: este es el undécimo mes en que de forma continua siguen bajando las tarifas eléctricas; por otra parte, apenas el día de antier presentamos la Primera subasta eléctrica, en la que se venderá energía eléctrica, potencia y Certificados de Energías Limpias. Con ese evento se ha marcado un hito, un parteaguas en la historia del sector eléctrico mexicano, pues puedo decir con orgullo que de la reforma en el papel hemos brincado ya a los pasos operativos que nos permitirán arrancar el Mercado Eléctrico Mayorista mexicano apenas dentro de unas cuantas semanas, el próximo enero.
México requiere, y más ahora con la Reforma Energética y su implementación en el sector energético, de ingenieros, sean eléctricos, mecánicos, químicos, civiles o petroleros, como ha sido siempre, o ya con un enfoque de energías limpias, y me refiero a los ingenieros solares, ambientalistas, geotérmicos, eólicos o nucleares que apliquen su talento, sus habilidades y su amor a nuestro país para resolver el problema de llevar la energía a los hogares y a las empresas, la energía que es la piedra de toque del desarrollo de toda sociedad. México requiere también, exige, que los sectores productivos y las universidades y tecnológicos estrechen sus lazos de colaboración a nivel de investigación. Esos son los temas que los han traído a uds. a compartir, a discutir, a aprender, en estos tres días.
Agradezco el honor que ustedes me han brindado al compartir mis palabras. Les aseguro que el esfuerzo de los trabajos que ustedes han realizado en esta bella ciudad han valido la pena y rendirán sus frutos desde hoy mismo.
Sin más que agregar, y siendo las XX:XX horas del día 13 de noviembre, declaro formalmente clausurado este magnífico encuentro, esta vigésima Reunión de Directores de la ANFEI.
Muchas gracias.
Última actualización: 2015-12-18 13:07:26